La respuesta galvánica de la piel es una herramienta neurocientífica que puede indicar cambios emocionales. Se basa en el estudio de la actividad de las glándulas sudoríparas y es un indicador de activación emocional, pero no nos dice si es positiva o negativa.
La sudoración de nuestra piel se puede activar por el calor, la actividad física o una reacción emocional. El miedo o la ira pueden provocar que nuestras glándulas se activen aunque no sudemos. Esto es debido a que están compuestas por una zona productora que está debajo de la piel y gracias a esta técnica de neuromarketing podemos detectar la activación subcutánea.
¿Cómo medir la respuesta galvánica de la piel?
Esta técnica se mide mediante el uso de dos electrodos colocados en la palma de la mano y el uso de un polígrafo. Lo que hacemos es medir la conductancia o resistencia eléctrica de la piel: a menos resistencia eléctrica y mayor conductancia, detectamos mayor sudoración, es decir, activación de la glándulas de la piel.
Para poder realizar esta técnica, primero debemos comprobar que el sujeto no tiene calor y que su estado emocional es estable. En todos los estudios de neuromarketing debemos pasar cuestionarios sobre estado emocional base, enfermedades y medicación que pueda afectar al estudio, además del consentimiento.
En este caso, si el individuo viene andando y ha sudado, lo dejamos descansar unos minutos para que las mediciones sean más fiables. A continuación, limpiamos la zona y colocamos los electrodos.
Después, el polígrafo detecta la activación y la convierte en ondas que interpretamos y filtramos con el uso de software específicos, muchos de ellos vienen con el polígrafo.
Casos reales donde se utiliza la conductancia galvánica de la piel.
Respuesta galvánica de la piel aplicada al branding
Respuesta galvánica de la piel aplicada al sector hotelero
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